Una búsqueda de justicia y verdad en Texas, más de cien años después

En abril de 1920, un tiroteo dejó a tres hombres muertos en un corral cercano a la frontera de Texas y México mientras se dirigían a una boda en México. Oficialmente, los hombres fueron descritos como contrabandistas muertos en un enfrentamiento con agentes de aduanas. Sin embargo, sus descendientes ofrecen una diferente y persistente versión, acusando a los Texas Rangers de haber emboscado y matado a los hombres inocentes.

El incidente ha sido motivo de debate durante más de un siglo, enfrentando las versiones oficiales y familiares. Entre las víctimas se encontraba Crescencio Oliveira Jr., quien iba a casarse con María de Jesús Gutiérrez en Parás, México. La familia Oliveira, junto con las familias Maldonado y Aguilar, ha sostenido que los hombres no eran contrabandistas y que fueron injustamente atacados por los Rangers.

Décadas después, los descendientes siguen buscando reconocimiento y justicia. Lydia Oliveira Canales, sobrina nieta de Crescencio Oliveira Jr., ha dedicado años a investigar y compartir la historia familiar, que difiere de la narrativa oficial adoptada por muchos texanos.

Los conflictos entre la versión oficial y la narrativa de las familias son emblemáticos de una tensión más amplia sobre quién controla la versión de la historia en Texas. The Texas Rangers fueron tradicionalmente percibidos como héroes del Viejo Oeste, pero han enfrentado acusaciones de abuso de poder y violencia racial.

En 2022, el Condado Duval conmemoró a los tres hombres como víctimas de una emboscada, marcando una transformación en la percepción histórica. Sin embargo, el debate continúa, con defensores de los Rangers modernos, como Russell Molina, argumentando que no hay relación entre los hechos de 1920 y la conducta de los Rangers actuales, quienes ahora se dedican a resolver casos complejos y de alto perfil.

El incidente de 1920, conocido por las familias como La Matanza, sigue siendo un ejemplo de las tensiones étnicas y raciales que han moldeado la historia de Texas y Estados Unidos. Aunque las autoridades de hoy no han admitido oficialmente la culpabilidad de los Rangers, el caso destaca las luchas continuas por un reconocimiento más equitativo y veraz de la historia tejana.